Claudio Antonio: Conoce las principales características del Arte cinético

Claudio Antonio: Conoce las principales características del Arte cinético

El arte cinético y el arte óptico se pueden definir como las corrientes artísticas basadas en la estética del movimiento que une la belleza del arte con la magia de la ilusión óptica.

Esta corriente artística está representada principalmente en el campo de la escultura, en la cual uno de los recursos son los componentes móviles de las obras. Pictóricamente, el arte cinético también se puede basar en las ilusiones ópticas, en la vibración retiniana y en la imposibilidad de nuestro ojo de mirar simultáneamente dos superficies coloreadas, violentamente contrastadas.

Es una técnica que se desarrolla en el mundo del arte desde hace años, grandes e ilustres maestros del medio realizaron muchas de sus obras basándose en el arte cinético donde plasmaron su esencia y lograron cautivar a millones de personas con los trabajos presentados.

Claudio Antonio: Conoce las principales características del Arte cinético

El arte cinético se caracteriza por los siguientes elementos:

Es altamente reconocible dado que se basa en la búsqueda de movimiento, pero en la mayoría de las obras el movimiento es real, no virtual.

Para realizar la obra el artista se plantea y sigue una estructura rigurosamente planificada. Lo que deja claro que es muy importante la disciplina y la estrategia para llevar adelante cada uno de los proyectos que se tengan en mente. A pesar de ser expresivo y libre, no queda sujeto a la improvisación.

La mayoría de las obras cinéticas son tridimensionales, se despegan del plano bidimensional, lo que produce una mejor manera de apreciar e interpretar al espectador que disfruta de la obra creada.

Los recursos para crear movimiento son demasiados, tales como el viento, el agua, motores, luz, electromagnetismo. Demostrando así, que con cualquier elemento que se disponga y se tenga al alcance, se pueden llevar a cabo excelentes representaciones artísticas.

Claudio Antonio: Conoce las principales características del Arte cinético

A su vez, existen diversos tipos de obras cinéticas de acuerdo con la manera que produzca sensación de movimiento, las cuales son:

Los estables: Hace referencia a aquellas obras cuyos elementos son fijos, dispuestos de tal manera para que el espectador deba rodearlos, y de esa manera se puedan percibir de mejor manera el movimiento.

Los móviles: Son esas obras artísticas que producen un movimiento real debido a diferentes causas, cambiando su estructura constantemente resaltando la belleza principal de la pieza.

Los penetrables: Generalmente es un ensamblaje en un espacio real que requiere que el espectador entre en ella para poder percibirla a medida que la recorre y sea observada desde diversos ángulos y expresiones

Claudio Antonio: Arte cinético, la ilusión del movimiento

Las primeras manifestaciones de arte cinético se dan en los años 1910, en el movimiento futurista y en ciertas obras de Marcel Duchamp

Cuando se habla de arte cinético se trata de una corriente de arte en que las obras tienen movimiento o parecen tenerlo. Consiste en una tendencia de las pinturas y las esculturas contemporáneas creadas para producir una impresión de movimiento.

El arte cinético y el arte óptico son corrientes artísticas basadas en la estética del movimiento, las cuales están principalmente representadas en el campo de la escultura, donde uno de los recursos son los componentes móviles de las obras.

Pictóricamente, esta expresión artística también se puede basar en las ilusiones ópticas, en la vibración retiniana y en la imposibilidad de nuestro ojo de mirar simultáneamente dos superficies coloreadas, violentamente contrastadas.

Las primeras manifestaciones de arte cinético se dan en los años 1910, en el movimiento futurista y en ciertas obras de Marcel Duchamp. Más adelante, Alexander Calder inventó el móvil, un tipo de escultura formada por alambre y pequeñas piezas de metal suspendidas que son movidas ligeramente por el desplazamiento del aire en el ambiente.

No es gasta el años 1954 cuan se adopta la expresión “arte cinético” para designar las obras de arte puestas en movimiento por el viento, los espectadores y/o un mecanismo motorizado. Su punto máximo de expresión consigue sobresalir desde la mitad de los años 60, hasta mediados de los 70.

Claudio Antonio: Arte cinético, la ilusión del movimiento

Su nombre tiene origen en la rama de la mecánica que investiga la relación que existe entre los cuerpos y las fuerzas que sobre ellos actúan. Este término apareció por primera vez en 1920 cuando Naum Gabo en su Manifiesto Realista rechazó “el error heredado ya del arte egipcio, que veía en los ritmos estáticos el único medio de creación plástica” y quiso reemplazarlos por los ritmos cinéticos como “formas esenciales de nuestra percepción del tiempo real”.

Utilizó esta expresión coincidiendo con su primera obra cinética, que era una varilla de acero movida por un motor y da valor al término utilizado hasta ese momento en la física mecánica y en la ciencia, pero comienza a utilizarse de forma habitual a partir del año 1955.

Hoy día se conoce como arte cinético todas aquellas obras que causan al espectador movimiento e inestabilidad, gracias a ilusiones ópticas, que cambian de aspecto según el punto desde el que son contempladas o por la luz que reciban.

Carlos Cruz Diez: un hombre de gran trayectoria y fuente de inspiración para otros artistas

Carlos Cruz Diez-un hombre de gran trayectoria y fuente de inspiración para otros artistas-destacada

Carlos Cruz-Diez es uno de los mayores referentes del arte óptico y cinético en Latinoamérica y fue considerado como uno de los padres del arte cinético y del Op-art, corrientes que “reivindican la toma de conciencia de la inestabilidad de lo real”. Este tipo de arte, enfocado en el uso de efectos de color y gráficos tienen como fin crear sensación de movimiento en una superficie bidimensional.

Además fue uno de los artistas más innovadores, dado que empleó elementos como el color para crear experiencias visuales originales. A través de sus obras, abrió un diálogo sobre la percepción y por medio de la observación fija de la obra se aprecia el movimiento y el color, lo que termina convirtiéndose en una realidad autónoma.

Expertos del arte sostienen que “el discurso plástico de Carlos Cruz-Diez gravita alrededor del fenómeno cromático concebido como una realidad autónoma que evoluciona en el espacio y en el tiempo, sin ayuda de la forma ni del soporte, en un presente continuo”.

Carlos Cruz Diez: un hombre de gran trayectoria y fuente de inspiración para otros artistas

Cabe destacar que, Cruz-Diez estudió la forma en la que el color es concebido como una realidad autónoma, así como la manera en la que se desarrolla en el tiempo y espacio real sin necesidad de herramientas de soporte.

Además de la creación de sus obras, también dedicó su vida a la difusión artística y se desempeñó como presidente de la Fundación del Museo de la Estampa y del Diseño “Carlos Cruz-Diez” en su natal Venezuela. Su labor en las áreas de la educación las artes y las letras en su país fue reconocida con la Orden de Andrés Bello.

Cruz-Diez dejó un gran legado que se exhibe en diversos espacios del mundo de manera permanente. Por ejemplo, el Museum of Modern Art (MoMA) en Nueva York; la Tate Modern de Londres, el Museum of Fine Arts de Houston y el Wallraf-Richartz Museum de Colonia. Sin olvidar dos recintos de la ciudad que lo acogió y en la que desarrolló gran parte de su obra: el Musée d’Art Moderne de la Ville de París y el Centre Pompidou. Además, se han realizado varias retrospectivas durante 2019 y 2020 en museos y galerías de Alemania, Estados Unidos.

Carlos Cruz Diez: un hombre de gran trayectoria y fuente de inspiración para otros artistas

El célebre autor fue fuente de inspiración para otros artistas de todo el mundo y un ejemplo de ello es Felipe Pantone. El artista argentino-español declaró en diversas ocasiones que Cruz fue uno de los referentes que tuvo desde el inicio de su trayectoria.

Claudio Antonio: Conoce los inicios del pintor y escultor Alejandro Otero

Claudio Antonio: Conoce los inicios del pintor y escultor Alejandro Otero

Alejandro Otero Rodríguez fue un pintor y escultor venezolano que logró reconocimiento en el ámbito internacional, pues no solo pudo dejar un gran legado en el mundo del arte, sino que supo posicionar y enaltecer el nombre de su país. Es, junto a Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, uno de los artistas cinéticos más importantes de Venezuela.

Una de las técnicas desarrolladas por Otero fue los Coloritmos que marcaron un hito en el devenir del arte moderno latinoamericano del siglo XX. A lo largo de su vida, el autor describió y comentó estos vistosos tablones en entrevistas y libros de arte.

Sin embargo, más allá de esas declaraciones, que luego de la muerte de Otero fueron replicadas en otras publicaciones, era insuficiente lo que se sabía acerca de estas pinturas, pues en realidad, hasta ahora no se contaba con un documento que aclarara las dudas e interpretaciones surgidas entre especialistascoleccionistas público en general acerca del origen, desarrollo y destino de las obras que conforman esta serie.

Claudio Antonio: Conoce los inicios del pintor y escultor Alejandro Otero

Otero trabajó esta serie con pintura industrial aplicada con compresor y plantillas sobre láminas de formica alejándose de esta manera de las calidades pictóricas para insistir en las puramente compositivas. 

En 1956 el Museo de Arte Moderno de Nueva York adquiere el primer Coloritmo y es incluido en la representación venezolana a la XXXVIII Bienal de Venecia con 5 obras. Los Coloritmos tendrán repercusión latinoamericana y le merecerán a Otero reconocimientos en Barranquilla (1957) y Sao Paulo (1959).

En 1958 obtuvo el Premio Nacional de Pintura en el XIX Salón Oficial Anual de Arte Venezolano con su Coloritmo N° 35. En ese instante la pintura abstracta, la pintura no objetiva, quedó no solamente reconocida oficialmente, lo cual ya había tenido lugar al participar en salones anteriores, sino que resultaba premiada como expresión de una de las principales corrientes de nuestro lenguaje plástico. 

Este hecho hubo de revolucionar el concepto estético del mensaje pictórico, dentro del pronunciamiento genérico de las diferentes tendencias que venían realizándose desde años atrás en Venezuela.

Claudio Antonio: Conoce los inicios del pintor y escultor Alejandro Otero

Otero participó en 1959 en la V Bienal de Sao Paulo donde su serie de los Coloritmos queda consagrada. A finales de 1960 viajó nuevamente a París, donde permaneció hasta 1964. En este período su obra sufrió profundos cambios al abandonar el riguroso y colorido abstraccionismo geométrico de los Coloritmos en la serie Telas Blancas, desarrollada a partir de 1960 siguiendo los postulados de la monocromía.

En estas obras, el color prácticamente desaparece. Lo único que subsiste es la aproximación a la forma plástica en superficies monocromáticas de naturaleza formalista y factura pastosa.

Claudio Antonio: Cromosaturación de Carlos Cruz-Diez formarán parta del Museo de Bellas Artes de Houston

Claudio Antonio: Cromosaturación de Carlos Cruz-Diez formarán parta del Museo de Bellas Artes de Houston

Un sorprendente anuncio realizado por la fundación de arte «Cruz-Diez» señaló este sábado 21 de noviembre que formarán parte del Museo de Bellas Artes de Houston con una colaboración inédita que será permanente llamada «Chromosaturation» (Cromosaturación).

A través de sus redes sociales, la fundación informó que la colaboración presentada será una obra monumental perfectamente adaptada al espacio arquitectónico del nuevo edificio Rich and Nancy Kinder.

Además, se destacó que «este asombroso trabajo, presentado en colaboración con @ArticruzOficial, es ahora un aporte permanente del museo. “¡No se lo pierdan!».

Claudio Antonio: Cromosaturación de Carlos Cruz-Diez formarán parta del Museo de Bellas Artes de Houston

Cabe destacar que, en los registros de la fundación Cruz-Diez, cuyos establecimientos se encuentran también en la ciudad de Houston, se explica que «la Cromosaturación  es un ambiente artificial compuesto por tres cámaras de color, una roja, una verde y otra azul, que sumergen al visitante en una situación monocroma absoluta».

Asimismo, se describe que «esta experiencia origina perturbaciones en la retina, habituada a percibir simultáneamente amplias gamas de colores. Esta puede actuar como detonante activando en el espectador la noción del color en tanto que situación material, física, que sucede en el espacio sin la ayuda de la forma e incluso sin soporte alguno, independientemente de las convenciones culturales.»

Por otro lado, la primera obra de este tipo se implementó en la ciudad París, en el año 1965, donde ya se había explicado que estas obras se relacionan con la idea de que en el origen de toda cultura reposa un acontecimiento primario como punto de partida. “…Una situación simple que genera todo un sistema de pensamientos, sensibilidades y mitos…”.

Carlos Cruz-Diez fue uno de los artistas venezolano del arte cinético. Vivió y trabajó en París desde 1960 hasta su muerte. Cruz-Diez propuso concebir el color como una realidad autónoma que se desarrolla en el tiempo y en el espacio, sin ayuda de la forma o necesidad de soporte.

La mayor parte de sus reflexiones tienen origen en lo que él denomina soportes para acontecimientos cromáticos. Su obra pone en evidencia que el color, al interactuar con el observador, se convierte en un acontecimiento autónomo capaz de evolucionar en el tiempo y el espacio real, sin ningún tipo de anécdota y sin la ayuda de la forma o del soporte.

En unas declaraciones, destacó que “por mi trayectoria cromática intento evidenciar el color como una situación efímera, como una realidad autónoma en continua mutación. Es una realidad porque los acontecimientos tienen lugar en el espacio y en el tiempo real. Sin pasado ni futuro, en un presente perpetuo. Es autónomo porque su puesta en evidencia no depende de la forma o de lo anecdótico, ni siquiera del soporte”.

Alejandro Otero, destacable pintor, dibujante, escultor y escritor

Alejandro Otero nació en El Manteco, estado Bolívar, el 7 de marzo de 1921 y falleció en la ciudad de Caracas, el 13 de agosto de 1990, dejando un legado respetable al convertirse en uno de los venezolanos más influyentes del siglo XX.

Hijo de José María Otero Fernández y María Luisa Rodríguez, su infancia transcurrió en la Upata, pero luego se trasladó a Caracas donde inició sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas.

Siendo aún estudiante, fue nombrado profesor del curso de Experimentación Plástica para niños en 1942 y dos años después profesor de la Cátedra de Vitrales en esta institución, de la cual egresó en diciembre de 1944.

En 1945 se trasladó a París, donde vivió intermitentemente hasta 1964. Allí amplió sus conocimientos en Escuela de Altos Estudios de La Sorbona, y, bajo la influencia de Pablo Picasso, inició su trayectoria hacia la abstracción. También, estudió en Estados Unidos.

Anteriormente, de 1946 a 1952, residió en París gracias a una beca estatal, y fue en su serie conocida como las Cafeteras donde abandonó la figuración a favor de la abstracción geométrica. A través de ésta llegó a formar parte de “Los Disidentes”, un grupo de artistas venezolanos radicados en Francia que buscó renovar el arte de su país natal.

En 1955 el artista desarrolló los Coloritmos, pinturas modulares de formatos rectangulares, hechas con materiales modernos como la laca automotiva Duco, aplicada con aerosol sobre soportes de madera o plexiglás. La idea era atraer al espectador en un proceso constructivo en donde los ritmos y los espacios se confunden, extendiéndose más allá de las pinturas mismas.

Posteriormente, se dedicó a la investigación y exploración de esculturas cívicas, resultado de su continuo enfoque en las relaciones espaciales y sociales de las obras de arte. En unas declaraciones, señaló que el arte significaba “un drama personal en el que el hombre moderno puede reconocer su imagen”.

En esta línea, formó parte del grupo de artistas que realizaron obras para la Ciudad Universitaria de Caracas. Además, fue vicepresidente del Instituto Nacional de Cultura y de Bellas Artes de Venezuela de 1964 a 1966, y en 1971 obtuvo la beca de Guggenheim Memorial Foundation para el Massachusetts Institute of Technology, que le permitió continuar con sus investigaciones sobre esculturas en espacios públicos.

No cabe duda que Alejandro Otero transformó la vida artística de Caracas, y su obra fue el germen de amplios debates sobre la vanguardia latinoamericana a lo largo del último sigo.

Claudio Antonio: Jesús Soto, la historia de sus inicios

Jesús Rafael García Soto fue un artista venezolano, quien es reconocido como uno de los máximos exponentes del arte cinético gracias a su constante búsqueda del movimiento en las obras que realizaba, lo que le llevó a desafiar las posibilidades perspectivas del ojo humano.

Nacido en Ciudad Bolívar el 5 de junio de 1923, su padre era músico de profesión y su madre ama de casa. Su familia era numerosa, pues en su casa vivían sus padres, cuatro hermanos pequeños, la abuela y algunas tías de su madre.

Su talento comenzaba a sobresalir desde pequeño, a sus 5 años de edad empieza a dibujar y sus primeros colores se los consiguió su abuela en la casa de una familia adinerada; al ser su familia muy pobre no tenían dinero para comprarlos y solo se conseguían en la capital. En el año 1929 comenzó sus estudios de la primaria, convirtiéndose en uno de los alumnos del reconocido poeta Luis García Morales.

En 1934 su madre lo inscribe en el instituto “El Colegión” ubicado cerca de la Casa del Congreso, allí cursa primer grado como un alumno de buenas notas, pero termina suspendiendo los exámenes de fin de año debido a las matemáticas. Para abril de 1935 decide regresar a Ciudad Bolívar donde logra obtener por un examen su título de graduado con altas calificaciones sin haber aprobado primer año y sin cursar el segundo.

Con el pasar de los años, obtiene una beca otorgada por el estado Bolívar para estudiar en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas en 1942, a la que ingresa en septiembre de ese año y donde sigue los cursos de arte puro y los de historia del arte.

Soto se convierte en discípulo de Antonio Edmundo Monsanto, quien obtuvo revistas y libros extranjeros para la escuela, así como reproducciones y grabados de arte moderno, que fueron la principal fuente de información de los estudiantes.

Entre sus compañeros conoce a Carlos Cruz DiezAlejandro Otero y a Pascual Navarro. En esta primera época, su pintura estuvo influenciada por Paul Cézanne, a quien estudia a partir de reproducciones. Sus paisajes y naturalezas muertas muestran su inclinación hacia el cubismo, interesándose por lo constructivo y apreciando el paisaje venezolano en grandes planos.

Ésta es una de las obras más emblemáticas del artista venezolano: La Esfera de Soto, ubicada en la autopista Francisco Fajardo en Caracas

En 1943 su tío fallece y es avisado para que fuera a ocuparse de su familia que se ve obligada a vender la hacienda. Su profesor Antonio Edmundo Montsanto escribe una carta donde considera que sería “muy lamentable que un muchacho, apenas comenzando sus estudios, tenga que abandonarlos”. Finalmente la esposa de su tío se encarga de los hermanos y gracias a ello, Soto regresa a Caracas al mes siguiente.

Soto tuvo una vida en la que desarrolló su pasión por el arte logrando cautivar el mundo y conseguir el reconocimiento internacional. Murió el 5 de enero de 2005 en París, dejando un gran legado.