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Cuando hablamos del arte cinético es difícil decidir cuál exponente es mejor que el otro porque todos son excelentes, pero hoy queremos dedicarnos a ver la vida del artista Jesús Soto, quien es sumamente famoso y reconocido por sus obras de arte que engalanan gran parte de la ciudad de Caracas y diversas partes del mundo.

Jesús Soto, junto con Carlos Cruz Diez, fue uno de los principales artistas del cinetismo de Venezuela. Nació en el estado Bolívar, el 5 de junio de 1923, y se dedicó a la investigación espacio-temporal del objeto para así redefinir la función del arte, con la intención de involucrar al espectador con sus obras.

Luego de estudiar Bellas Artes en la Capital Venezolana, se dirigió a París en 1950, donde fue integrante de los Disidentes, un grupo de artistas venezolanos que buscaban renovar las artes plásticas de su país.

En 1955, en París, participó en la exposición grupal “Le mouvement” de la galería Denise René, este fue uno de los eventos que dio comienzo al movimiento del cinestismo en el mundo.

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Soto logró crear obras para todas las personas, sin importar edad o cultura del espectador, apreciar su arte es entender su propósito.

Entre las curiosidades que pueden compartirse de su vida podemos indicar las siguientes:

  • Desde una temprana edad, pintó varios posters de películas durante su infancia y su adolescencia. Más tarde entrenó en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas, Venezuela.
  • Al comienzo de los 70, un museo dedicado a su trabajo artístico fue establecido en su nativa Venezuela.
  • Durante los años 50, formó parte de un círculo artístico que incluía al escultor cinético y óptico nacido en Israel Yaacov Agam.
  • Aunque es muy reconocido por su trabajo cinético, Soto a los 12 años empezó aprender a tocar guitarra, luego trabajó un tiempo como cartelista en los tres cines que se encontraban dentro de su ciudad, siendo uno de sus primeros acercamientos a las artes plásticas.
  • Las primeras obras fueron inspiradas e influenciadas por Marcos Castillo, Henri Matisse, Paul Cézanne y Pablo Picasso.
  • Sus obras se caracterizan por la intersección de líneas y puntos, donde las repeticiones se puede encontrar elementos geométricos simples en orden lineal y repetitivo hasta el infinito.
  • Para el año de 1995 recibió el Premio Nacional de Escultura en París, y 10 años después fallece el 14 de enero, dejando un legado en cada generación de artistas que se levanta dentro y fuera del país.
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Jesús Soto, venezolano conocido como el precursor del arte cinético

Claudio Antonio: Jesús Soto, venezolano conocido como el precursor del arte cinético

Considerado el precursor del arte cinético, el gran maestro Jesús Soto centró su búsqueda en el constante movimiento, lo que le llevó a desafiar las posibilidades perceptivas del ojo humano. 

Con la intención siempre manifiesta de involucrar al espectador en sus obras, trabajó desde sus comienzos en la década de los años 1950 en los efectos dinámicos logrados a partir de diversos materiales bidimensionales superpuestos, hasta encontrar en sus inmensos penetrables la posibilidad de sumergir al público en una experiencia viva.

Claudio Antonio: Jesús Soto, venezolano conocido como el precursor del arte cinético

En 1947 el pintor y escultor venezolano finaliza sus estudios y es nombrado director de la Escuela de Artes Plásticas de Maracaibo. Tras presentar en el taller “Libre de Caracas”, que se convirtió en su primera exposición individual, reveló cierta afición por la geometrización de las formas y la influencia de Paul Cézanne.

En 1950 decide mudarse a París, donde comienza a incursionar en la repetición sistemática de unidades formales. A través de la utilización de plexiglás para superponer los elementos, realiza sus primeras obras compuestas. 

Cinco años más tarde presenta junto a Yaacov AgamPol BuryAlexander Calder, Marcel DuchampJean Tinguely y Víctor Vasarely la exhibición “Le Mouvement” (El Movimiento) en la Galerie Denise René de París, marcando el punto de partida del arte cinético.

Con una permanente inquietud por relacionar los materiales con el espacio, desde 1958 comienza a realizar su conocida serie de “vibraciones”, compuestas por varillas metálicas suspendidas que interactúan con los distintos fondos. 

Hacia 1967, sus muros vibrantes dejarán lugar a los penetrables que, sin conocer fronteras, llegan a ocupar hasta 400 metros cuadrados, Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris – 1969. En estas obras, apuesta a un concepto espacial de totalidad que requiere la translación del espectador para lograr una experiencia dinámica.

Claudio Antonio: Jesús Soto, venezolano conocido como el precursor del arte cinético

Llega la década de los años 70 y con ella el venezolano continúa con la línea de sus investigaciones plásticas. Incursionó con varillas en forma de “T” que entran en interacción con las líneas de sus fondos, inaugurando la serie de obras “Tes”. Durante las décadas del 80 y 90, Soto investigará también la ilusión del movimiento a partir del uso de cuadrados monocromáticos flotando sobre el espacio.

Entre la gran cantidad de reconocimientos que recibe en vida, el gobierno francés lo distingue en 1968 con la insignia Caballero de las Artes y las Letras. Por su parte, la UNESCO le otorga la medalla Picasso por considerar que su obra ha servido para acercar a los países del mundo.

En 2006 llega por primera vez a Buenos Aires la muestra “Jesús Rafael Soto. Visión en Movimiento”, que reúne en las Salas de Fundación Proa su más destacada selección de obras entre 1950 y 1999.

Claudio Antonio: Alejandro Otero y el éxito de sus Coloritmos

Claudio Antonio: Alejandro Otero y el éxito de sus Coloritmos

Alejandro Otero Rodríguez nació en el Manteco, estado Bolívar, Venezuela, el 7 de marzo de 1921, y falleció en Caracas, Venezuela, el 13 de agosto de 1990. Fue un pintor y escultor, quien junto a Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, es considerado uno de los artistas cinéticos más importantes de Venezuela.

Entre 1955 y 1960 trabajó en la etapa de los Coloritmos, tablones verticales pintados al duco. Otero trabajó esta serie con pintura industrial aplicada con compresor y plantillas sobre láminas de formica alejándose de esta manera de las calidades pictóricas para insistir en las puramente compositivas.

En el año 1956 el Museo de Arte Moderno de New York adquiere el Coloritmo N.º 1, a su vez, Otero es incluido en la representación venezolana a la XXXVIII Bienal de Venecia con 5 obras. Desde ahí, sus Coloritmos tendrán repercusión latinoamericana y le permitirán hacerse con el reconocimiento en lugares como  Barranquilla, en 1957,  y Sao Paulo, en 1959.

Durante el 57, el escultor sostuvo una fuerte polémica con el escritor Miguel Otero Silva defendiendo el abstraccionismo y la modernidad, que se originó el desacuerdo de los criterios manejados en la entrega de premios del XVIII Salón Oficial Anual de Arte Venezolano

Claudio Antonio: Alejandro Otero y el éxito de sus Coloritmos

Hasta ese momento Alejandro Otero había publicado artículos combativos que habían despertado polémicas, como la que sostuvo con Mario Briceño Iragorry en 1952, pero en esta ocasión, Otero Silva y él usaron las páginas de los principales diarios en Caracas como lo eran El Nacional y El Universal, para revelar que a los abstraccionistas se les reprochaba una tendencia cuyo “signo es la evasión” y el “frío invernadero de una fórmula repetida”.

Otero también incursionó el mundo del teatro, donde realizó la escenografía para “El Dios Invisible”, del reconocido Arturo Uslar Pietri, experiencia que repetirá con las escenografías de “Calígula”, de Albert Camus, “Fuenteovejuna” de Lope de Vega, en esta última el artista no dudó en crear un escenario de estructuras puras en contraste con los vestuarios de época.

Recibió el Premio Nacional de Pintura en el XIX Salón Oficial Anual de Arte Venezolano con su Coloritmo N° 35, en el año 1958. Participó, ese mismo año, en la reformulación conceptual de la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas que, a partir de ese momento, se llamó Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, institución en la que reinició actividades docentes. Se desempeñó como Coordinador del Museo de Bellas Artes entre 1959 y 1960.

Claudio Antonio: Alejandro Otero y el éxito de sus Coloritmos

Participó en 1959 en la V Bienal de Sao Paulo donde su serie de los Coloritmos queda consagrada. A finales de 1960 viaja nuevamente a París, donde permaneció hasta 1964. En este período su obra sufrió profundos cambios al abandonar el riguroso y colorido abstraccionismo geométrico de los Coloritmos en la serie Telas Blancas, desarrollada a partir de 1960 siguiendo los postulados de la monocromía.

En estas obras, el color prácticamente desaparece. Lo único que subsiste es la aproximación a la forma plástica en superficies monocromáticas de naturaleza informalista y factura pastosa.

Claudio Antonio: Conoce los inicios del pintor y escultor Alejandro Otero

Claudio Antonio: Conoce los inicios del pintor y escultor Alejandro Otero

Alejandro Otero Rodríguez fue un pintor y escultor venezolano que logró reconocimiento en el ámbito internacional, pues no solo pudo dejar un gran legado en el mundo del arte, sino que supo posicionar y enaltecer el nombre de su país. Es, junto a Jesús Soto y Carlos Cruz-Diez, uno de los artistas cinéticos más importantes de Venezuela.

Una de las técnicas desarrolladas por Otero fue los Coloritmos que marcaron un hito en el devenir del arte moderno latinoamericano del siglo XX. A lo largo de su vida, el autor describió y comentó estos vistosos tablones en entrevistas y libros de arte.

Sin embargo, más allá de esas declaraciones, que luego de la muerte de Otero fueron replicadas en otras publicaciones, era insuficiente lo que se sabía acerca de estas pinturas, pues en realidad, hasta ahora no se contaba con un documento que aclarara las dudas e interpretaciones surgidas entre especialistascoleccionistas público en general acerca del origen, desarrollo y destino de las obras que conforman esta serie.

Claudio Antonio: Conoce los inicios del pintor y escultor Alejandro Otero

Otero trabajó esta serie con pintura industrial aplicada con compresor y plantillas sobre láminas de formica alejándose de esta manera de las calidades pictóricas para insistir en las puramente compositivas. 

En 1956 el Museo de Arte Moderno de Nueva York adquiere el primer Coloritmo y es incluido en la representación venezolana a la XXXVIII Bienal de Venecia con 5 obras. Los Coloritmos tendrán repercusión latinoamericana y le merecerán a Otero reconocimientos en Barranquilla (1957) y Sao Paulo (1959).

En 1958 obtuvo el Premio Nacional de Pintura en el XIX Salón Oficial Anual de Arte Venezolano con su Coloritmo N° 35. En ese instante la pintura abstracta, la pintura no objetiva, quedó no solamente reconocida oficialmente, lo cual ya había tenido lugar al participar en salones anteriores, sino que resultaba premiada como expresión de una de las principales corrientes de nuestro lenguaje plástico. 

Este hecho hubo de revolucionar el concepto estético del mensaje pictórico, dentro del pronunciamiento genérico de las diferentes tendencias que venían realizándose desde años atrás en Venezuela.

Claudio Antonio: Conoce los inicios del pintor y escultor Alejandro Otero

Otero participó en 1959 en la V Bienal de Sao Paulo donde su serie de los Coloritmos queda consagrada. A finales de 1960 viajó nuevamente a París, donde permaneció hasta 1964. En este período su obra sufrió profundos cambios al abandonar el riguroso y colorido abstraccionismo geométrico de los Coloritmos en la serie Telas Blancas, desarrollada a partir de 1960 siguiendo los postulados de la monocromía.

En estas obras, el color prácticamente desaparece. Lo único que subsiste es la aproximación a la forma plástica en superficies monocromáticas de naturaleza formalista y factura pastosa.

Carlos Cruz-Diez, un genio del arte óptico mundial

Carlos Cruz-Diez, genio del arte óptico mundial, es uno de los artistas contemporáneos más universales de Venezuela. Hurgó en la física del color para crear juegos donde ciencia y arte desafían la visión. Para el maestro, que murió el 28 de julio de 2019 a sus 95 años, “la vida es un proyecto”. Siempre tuvo uno entre manos

En el año de 1978, Cruz-Diez, junto a Jesús Soto, Gego y Mercedes Pardo realizaron unas serigrafías sobre seda que, bajo el título “La mano”, la seda, el color-Taller Cobalto, se muestran en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. Exhibe en la galería madrileña Aele. También participa en la II Bienal de La Habana, de 1986, como invitado de honor con cinco obras (cuatro Fisicromías y un Color aditivo). Recibe la Orden de las Artes y las Letras de Francia en grado de Oficial.

Para 1989 se publica en Caracas la primera edición de Reflexión sobre el color. En 1991 elabora Fisicromía para Madrid, escultura de 2 x 40 metros para el Recinto Ferial Juan Carlos I, Madrid. Con Experiencia cromática aleatoria interactiva (1995) comienza a utilizar la tecnología digital en sus obras.

Mientras que, en 1997 es nombrado Presidente y miembro del Consejo Superior de la Fundación Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez, en Caracas. Dos años después, se instala en La Habana su primera y única escultura, Inducción cromática para La Habana, con motivo del cuadragésimo aniversario de Casa de las Américas.

En los años siguientes, recibe la Orden de Comandante de las Artes y las Letras de Francia (2002) y el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar de Caracas (2006). Pero un año atrás, específicamente en el 2005 su familia crea la Fundación Cruz-Diez, institución dedicada a la conservación, desarrollo, difusión e investigación de su legado artístico y conceptual.

Del 27 de marzo al 20 de agosto de 2007 se presenta en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) la exposición “Los Cinético” que ofrece una visión transhistórica del cinetismo y acentúa la relevante aportación de los artistas latinoamericanos.

Para esta muestra, Cruz-Diez presenta en la plaza del museo una Cromosaturación, una Inducción cromática y una Cromointerferencia mecánica. La muestra itinera al Instituto Tomie Ohtake, de São Paulo, donde recibe el Gran Premio de la Crítica otorgado por la Asociación de Críticos de Arte.  En 2008 realiza una exposición individual en la Society of Americas (Nueva York), bajo el título formed by Color.