Al igual que otras corrientes artísticas que se desarrollaron durante la Europa de 1100, el arte gótico representó la unificación del arte con una nueva teología que comenzó a surgir en el viejo continente y que muchos consideran un arte “oscuro” para lo que se estaba acostumbrando en décadas anteriores.
Bajo este contexto nace el arte gótico. Este se caracteriza por tener una estética de la luz sobre todas las cosas, en donde se manifiesta el humanismo teocéntrico que dio paso al antropocentrismo renacentista. Normalmente el arte gótico predominó en la arquitectura religiosa, escultura y pintura de Europa entre el siglo XII y el siglo XV, hasta el surgimiento del movimiento cultural del Renacimiento. Lo precedió el arte románico (siglo XI y XII).
Como un dato curioso, el término gótico fue designado de manera despectiva por los escritores italianos clasicistas del Renacimiento, quienes consideraban a todo lo que no era clásico como una fealdad.
A esto también se le atribuía que el arte gótico también se puede acercar a las manifestaciones de arte que las tribus bárbaras que habían destruido al Imperio romano y su cultura clásica del siglo V d. C. El arte gótico fue valorado recién a partir del siglo XIX d. C. y fue considerado grandilocuente e imponente.
Entre las características que posee el arte gótico se encuentran:
- Posee el principio de la estética de la luz como un fundamento de todo arte. Dentro del arte gótico esto fue capaz de representar la idea teocentrista de la luz de Dios.
- Su aplicación más fuerte se encuentra en la arquitectura religiosa, como monasterios y catedrales.
- El uso del arco ojival que terminaba en forma apuntada y generaba sensación de gran altura. Se aplicaba para las cúpulas, puertas y ventanales.
- La aplicación de innovadoras técnicas de arquitectura que permitieron alcanzar el estilo único de techos altos, arcos arbotantes y extensas paredes de vitrales.
- Dentro de su diseño predomina las formas extravagantes aplicadas tanto en la escultura como en la decoración arquitectónica.
- La decoración con materiales brillosos y el uso de colores vivos, para exacerbar el concepto de luminosidad.
- La aplicación de extensos ventanales de colores que reflejaban diferentes tipos de luz hacia el interior de las catedrales y monasterios.
Como hemos indicado anteriormente, el arte gótico puede evidenciarse más en la arquitectura donde se desarrolló la máxima expresión del mismo, el cual estuvo basado en el concepto de la luz como fundamento y símbolo de la divinidad.
Además, los elementos de la época con estética gótica resultaron símbolo de la espiritualidad. En la arquitectura se sumó, además, el desarrollo de nuevas técnicas sofisticadas para exacerbar el concepto teocentrista, como:
- Las bóvedas de crucería: Consistían en un tipo de techo conformado por un sistema de bóvedas entrecruzadas que, a su vez, eran atravesadas por arcos ojivales o de terminación en punta. Este sistema resultaba de soporte para distribuir el peso de la estructura hacia los pilares.
- Los arcos arbotantes: Consistían en un medio arco construidos en la parte externa de la edificación y que se apoyaban en los muros laterales. Resultaban una guía de soporte de las bóvedas interiores.
Por otra parte, La pintura gótica fue reconocida como tal a partir del siglo XIV. Y en ella se destacó en las obras religiosas para representar a Cristo, los santos, los ángeles y las vírgenes, figuras que se empleaban para decorar las imponentes construcciones arquitectónicas. Se considera a la pintura gótica como una representación de las narraciones de la Biblia y los Evangelios.
Entre las principales características de la pintura gótica se destacan:
- Las técnicas de los murales en fresco, la pintura sobre tabla, el temple y el óleo.
- La representación de la luz y los juegos de contraluces que generaban la sensación de volumen y realismo.
- Las mejoras en las técnicas de la perspectiva.