Dentro del arte cinético, las mujeres también han jugado un papel importante en el desarrollo de esta representación artística. Dentro de sus trabajos, han aportado una manera característica de integrar elementos estructurales al movimiento y color que el arte cinético busca transmitir a aquellos que lo ven.
Dentro de esta corriente, se encuentra la artista estadounidense Sarah Oppenheimer. Nacida en el año de 1972, en Austin, Texas, es una artista del arte cinético que su trabajo se enfoca en realizar transformaciones precisas de la arquitectura que interrumpen, subvierten, y a su vez mezclan la experiencia visual y corporal de los visitantes.
Asimismo, la obra de Oppenheimer también se encuentra condicionada al espacio que ocupa, que al momento de ser modifica también puede complementarse. Esta artista americana trabaja a partir de precisos sistemas mecanizados, realiza esculturas a base de materiales como el aluminio, el acero y el vidrio, y manipula con ellas los sitios donde se ubican. Los manipula literalmente.
Dentro de su proceso creativo, algunos artistas indican que posee aspectos tan heterogéneos como su formación en semiótica y pintura o la preocupación conceptual por cuestiones cognitivas y filosóficas. Además, su labor se desarrolla en el ámbito de la arquitectura, el cual tiene lugar en el terreno de lo artístico y, para que acontezca, se requiere la coordinación de equipos multidisciplinares, que serán los encargados de hallar las fórmulas técnicas que hagan funcionar sus creaciones.
Otra de las características que tiene el trabajo de la americana es que dentro de su obra existe la interpretación de los planos, pero también de las relaciones preestablecidas entre el lugar y sus ocupantes, en este caso entre el museo y el visitante. Es importante mencionar que dentro de sus proyectos tratan de quebrantar la experiencia del espectador con estrategias que cuestionan el discurso habitual del espacio museístico.
En ocasiones, suponen una interrupción física –un obstáculo–, lo que implica interactuar con ellas para poder continuar con el recorrido. De este modo, las propuestas de carácter cinético ofrecen nuevas reglas, que plantean un debate sobre las limitaciones táctiles de un centro de arte.
Otras veces, el observador se ve interpelado al mostrársele puntos de vista novedosos y desconocidos de la arquitectura. Como en la acción llevada a cabo en el Baltimore Museum of Art: la apertura de un hueco entre el segundo y tercer piso del ala contemporánea, con el que conecta tres áreas del museo.
Los planos oblicuos y reflectantes que delimitan el interior de la cavidad propician que, a medida que se mueve, el espectador reciba una imagen diferente de estas estancias, de sí mismo y de los otros. El resultado es una nueva conciencia de la dimensión que ocupa.
Entre las primeras exposiciones que realizó se encuentra las realizadas en The Drawing Center (2002) y Queens Museum (2004), donde Oppenheimer exploró la interdependencia de la navegación espacial y la arquitectura interior. Posteriormente, se reconfiguraron paneles de pared mutables en el espacio del museo mientras se realizaba una investigación de navegación en sujetos de prueba supervisados en condiciones controladas.
Luego a finales de la década de 2000, Oppenheimer reconfiguró los límites entre los espacios de exhibición, instalando aberturas que desplazaban las vistas dentro y fuera de las galerías (p. ej., Museo de Arte de Saint Louis, 2008; Museo de Arte Contemporáneo de San Diego, 2009).
Finalmente, Oppenheimer ha recibido becas de la Fundación John S. Guggenheim (2007), Academia Estadounidense en Roma (2010–1), y la Fundación para las Artes de Nueva York (2016, 2010, 2006). También ha recibido premios de Anonymous was a Woman (2013), la Fundación Joan Mitchell (2011), la Fundación Louis Comfort Tiffany (2009), y la Academia Estadounidense de las Artes. Su obra pertenece a las colecciones de arte público de Mudam, Pérez Art Museum Miami, Museo de Arte Contemporáneo de San Diego, Mattress Factory, Museo de Arte de Baltimore, y Universidad de Brown.